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24.09.2017 / 14:383РусŁacБел

Гісторыя «Нашай Нівы» па-іспанску. Historia de «Naša Niva» desde 1906 hasta nuestros días

Мы звярнуліся да чытачоў з просьбай якасна перакласці гісторыю «НН» па-ангельску. У адказ нам прыйшлі і пераклады на іншыя мовы. Сёння мы публікуем гісторыю НН — і беларускага руху разам з НН — у перакладзе на іспанскую. Яго нам даслаў Хаймэ Гарсія Чапара (Jaime García Chaparro), а пераглянула і вычытала Анхела Эспіноса Руіс (Ángela Espinosa Ruiz).

El periódico «Naša Niva» [en bielorruso: «Nuestro campo (de cultivo)»] se crea en 1906 y reaparece en 1991. Desde 1997 existe la web nn.by, que hoy día es la página web más visitada en lengua bielorrusa.

El periódico salía una vez por semana entre 1906 y 1915; una vez al mes entre 1991 y 1995; de nuevo semanalmente en 1996; dos veces a la semana entre 1997 y 1999; una vez a la semana desde 1999 hasta 2016, y una vez al mes desde 2016, ya que la prioridad pasó a ser el sitio web. 

Historia del periódico

En la historiografía bielorrusa, los años comprendidos entre 1906 y 1915 reciben el nombre de «el periodo del Naša Niva», en tanto que con la aparición del primer número del semanario «Naša Niva» comienza toda una época en el proceso de desarrollo de la sociedad bielorrusa.

A principios del siglo xx, «Naša Niva» establece las reglas de la lengua literaria bielorrusa; en torno a él se crea la literatura clásica bielorrusa. Aparece entonces la idea del Estado bielorruso. Con el fin de desempeñar una función didáctica, el periódico se convierte en el centro de la vida intelectual: en él se publican trabajos de una pléyade de intelectuales, entre los que se encontraban Janka Kupała, Jakub Kołas, Anton Łuckievič, Maksim Bahdanovič y Vacłaŭ Łastoŭski.

«Naša Niva» arrojaba luz sobre un amplio espectro de problemas políticos, económicos y culturales. El periódico tenía como tarea principal el consolidar la nación política bielorrusa. Además, como señalan sus contemporáneos, «Naša Niva» se convirtió en la primera fuente de información crítica e independiente.

En torno a «Naša Niva» se agrupa la sociedad civil bielorrusa. Desde propuestas sobre agricultura hasta casas editoriales, pasando por movimientos juveniles, se dan a conocer a través de «Naša Niva».

Una particularidad característica del periódico desde el primer momento fue el alto grado de interacción con los lectores. El periódico contaba con más de tres mil corresponsales fijos y temporales que enviaban información a la Redacción. La incorporación a la literatura y al periodismo de una gran cantidad de autores provenientes de diferentes lugares de Belarús brindó la oportunidad de crear una lengua literaria estableciendo como normas los fenómenos lingüísticos más extendidos. Gracias al uso de la lengua viva en las páginas del periódico, se da forma a la lengua bielorrusa y se determinan las normas básicas de ortografía, gramática y morfología.

Los suscriptores y corresponsales del periódico se convirtieron en las personalidades centrales de la vida política e intelectual bielorrusa; es este el caso de Ciška Hartny, cuyo verdadero nombre era Źmicier Žyłunovič, quien más tarde se convertirá en uno de los dirigentes de la República Socialista Soviética de Bielorrusia; o de Branisłaŭ Taraškievič, líder político de los bielorrusos occidentales y autor de la primera gramática bielorrusa.

Durante mucho tiempo, el terrateniente Alaksandr Ułasaŭ, procedente de Mihaŭka, a las afueras de Minsk, fue el editor y redactor del periódico.

Uno de los ideólogos de la publicación fue el nativo de Minsk Ivan Łuckievič, fundador del conocido Museo Bielorruso de Vilna y promotor de numerosos proyectos políticos y culturales.

Junto a él, trabajaba su hermano Anton Łuckievič, ideólogo de la Asamblea Socialista Bielorrusa y primer ministro de la futura República Popular Bielorrusa (RPB).

El historiador y también futuro primer ministro de la RPB Vacláu Lastouski desempeña el cargo de secretario del periódico desde 1909; entre 1912 y 1913 se convierte, a efectos prácticos, en su redactor.

Anton Łuckievič, Alaksandr Ułasaŭ, Branisłaŭ Taraškievič, Źmicier Žyłunovič y Vacłaŭ Łastoŭski morirían en cárceles soviéticas.

Uno de los clásicos de la literatura bielorrusa, Jakub Kolas, colabora con «Naša Niva»; Maksim Bahdanovič y Źmitrok Biadula, autores de gran reconocimiento, se dieron a conocer precisamente a través de este periódico. El poeta nacional bielorruso Janka Kupała se convierte en 1914 en su redactor y dirige la publicación hasta el otoño de 1915, cuando el periódico interrumpe su salida a causa de la ocupación alemana de Vilna y el fin de la vida cotidiana en los territorios cercanos al frente.

La defensa de los intereses bielorrusos provocó la aplicación de censura durante toda la vida del periódico. Incluso en algunos debates organizados en 1907 acerca de cuestiones agrarias, entre ellas en el artículo «La cuestión de la tierra en Nueva Zelanda», se señalan indicios de «rebelión» y «desacato a la autoridad». El redactor Alaksandr Ułasaŭ fue juzgado y encarcelado. En varias ocasiones, se confiscó la producción; además, se obligaba a la redacción a pagar multas.

Una presión similar ha habido de soportar durante el régimen autoritario de Alaksandr Łukašenka en la década de los 90 y, especialmente, del 2000. Entre 2006 y 2008 el periódico se repartía a través de voluntarios, dado que las autoridades prohibieron su venta en Bielsajuzdruk [monopolio estatal de distribución de periódicos], tiendas y por suscripción mediante Bielposta [servicio de correos estatal].

De nuevo se suceden los juicios, las multas y los registros en la Redacción y en los domicilios de los redactores. En 2006, Andrej Dyńko, redactor general de «Naša Niva», ingresa en prisión, tal y como lo hizo Alaksandr Ułasaŭ en su día.

A pesar de haber sido acusado de tener un espíritu revolucionario por parte de las autoridades, «Naša Niva» ha sido un medio esencialmente moderado y progresista tanto en el siglo xx como xxi, lo que le ha permitido aglutinar a lectores de diversas convicciones.

«Naša Niva» defiende el progreso pacífico y escalonado a través de la democratización de los órganos de gobierno centrales y locales, y siempre ha señalado la necesidad de respetar la Ley y la dignidad humana, y de apreciar la cultura y su legado.

El grado de apertura cultural de «Naša Niva» queda reflejado por el uso de dos sistemas de escritura, el cirílico y el latino, hasta octubre de 1912, cuando, a través de una votación en la que participan editores y lectores se elige el primero de ellos. A partir de 1991 «Naša Niva» utiliza la ortografía clásica; en 2008, pasa a usar la ortografía escolar con el fin de «mejorar la comunicación entre los grupos intelectuales y la sociedad», como se explica un artículo de la Redacción escrito con motivo de este cambio.

En torno a la Redacción surgen proyectos sociales y culturales independientes.

«Naša Niva» ha servido, además, como centro de coordinación de otros proyectos editoriales; en este sentido, los «Calendarios bielorrusos», almanaques con datos de interés y obras de arte, resultan especialmente populares. También se han publicado libros notables, tanto originales como traducidos. En 1912, en Vilna comienza a editarse la revista satírica «Krapivá» [«Ortiga»]; asimismo, la sección de asuntos agrarios de «Naša Niva» crece hasta convertirse en una revista independiente, llamada «Sachá» [«arado de madera»], que desde finales de 1913 se editaba en Minsk.

Uno de los fundadores del periódico, Ivan Łuckievič, inició una recogida de colecciones para el futuro Museo Bielorruso; la mayor parte de ellas se encuentra hoy en el Museo Histórico Nacional de Lituania.

Los colaboradores del periódico ayudaron en la creación de la Primera Compañía Bielorrusa de Teatro de Ihnat Bujnicki.

El periódico prestaba especial atención a la democratización de conocimientos económicos, legales y políticos; la magnitud del trabajo realizado ha permitido a historiadores y culturólogos definir esta fase de desarrollo de la cultura bielorrusa a principios del siglo xx como «el periodo de Naša Niva» atendiendo a los cambios cualitativos y cuantitativos producidos en el proceso de formación de la sociedad y cultura contemporáneas.

El primer intento de reanudar la actividad del periódico tiene lugar en 1920, una vez más en Vilna, donde el 28 de octubre sale el primer número del semanario sociopolítico y literario «Naša Niva». En diciembre de ese mismo año, la censura militar polaca obliga a cerrar el rotativo. 

El periódico en la actualidad

La disolución de la Unión Soviética y el desarrollo del movimiento a favor de la independencia de Belarús hicieron posible la reanudación de la actividad del periódico. «Naša Niva» comienza a publicarse de nuevo en mayo de 1991 en Vilna bajo la dirección de Siarhiej Dubaviec.

La nueva publicación ocupó un lugar especial entre los demás periódicos bielorrusos: «Naša Niva» rechazaba la «estrategia defensiva», el autoaislamiento, propio de los rotativos en lengua bielorrusa de la época soviética. En las páginas de «Naša Niva», los debates sobre temas universales tomaron un lugar destacado y apareció una gran cantidad de traducciones. En el centro de la atención se encontraban también el legado del Gran Ducado de Lituania y el modelo de relaciones para con los otros pueblos de la región.

En esta época tienen lugar en Belarús complicados procesos de construcción nacional, imponiéndose un modelo autoritario. El momento histórico requería la creación de medios de comunicación competentes, de ahí que en 1996 se tomase la decisión de trasladar la Redacción a Minsk.

«Naša Niva» se convirtió de nuevo en un periódico que presta especial atención a los procesos políticos, sociales y culturales en Belarús y en el mundo.

En 1998 la publicación logra una victoria simbólica en el Tribunal Superior Económico al defender el derecho a utilizar la ortografía clásica.

En el año 2000 Andrej Dyńko toma el puesto de redactor general y el periódico pasa a publicarse diariamente. Se produce, además, una transformación del diario, abandonando progresivamente su carácter literario e intelectual para centrarse en cuestiones de índole social, política y cultural.

En 2002 el tamaño del rotativo aumenta de 12 hasta las 16 páginas diarias; en 2005 vuelve a incrementarse hasta las 24. En su punto álgido la tirada del periódico alcanza los 8.000 ejemplares.

En 2005 las autoridades prohíben la distribución del periódico a través de «Bielposta» y «Bielsajuzdruk»; este logra sobrevivir gracias a su sistema de distribución propio. Además, adopta el formato bolsillo y crece hasta las 48 páginas, pero su producción se reduce a las 2.200 copias.

A pesar de ello, el periódico convierte el problema en una oportunidad y apuesta por el desarrollo del sitio web nn.by. En 2006, la versión digital de la publicación evoluciona hasta convertirse en una plataforma online, adaptándose así a la época de los medios de comunicación digitales.

En 2010 la página de «Naša Niva» se convierte en la web más popular en lengua bielorrusa, puesto que mantiene hasta hoy. Según las estadísticas de Google Analitycs, entre 2016 y 2017 el sitio recibe de media cada mes alrededor de 600.000 visitantes independientes que leen 7.000.000 de páginas aproximadamente. Cerca del 84% de las visitas proceden de Belarús, y un 49%, de Minsk.

En 2006, Andrej Skurko toma las riendas de la Redacción; Andrej Dyńko se convierte en el redactor del sitio web nn.by; Aleś Kudrycki crea NNVideo. Más tarde, en 2011, Źmicier Pankaviec releva a Skurko como responsable de la versión impresa.

En 2017, se convierte en redactor jefe Jahor Marcinovič, quien durante varios años seguidos ha sido galardonado con el premio nacional al mejor periodismo de investigación.

Desde 2008, se puede leer, ver y escuchar contenidos de «Naša Niva» en las principales redes sociales.

Vkontakte — vk.com/Наша Ніва

Facebook — facebook.com/Наша Ніва

Twitter — twitter.com/Наша Ніва

Odnoklassniki - ok.ru/Наша Ніва

YouTube: youtube.com/NNVideo

«Naša Niva» existe desde hace más de cien años, lo que constituye un fenómeno único en la prensa bielorrusa.

Adviértase que «Naša Niva» siempre ha sido una publicación privada, con un carácter social de facto y nunca estatal: jamás ha sido controlada por gobiernos autoritarios o totalitarios.

Durante toda su existencia, el periódico ha representado los intereses nacionales.

En los años 90, se inicia la reproducción en facsímiles de las publicaciones editadas entre 1906 y 1915; además, aparece el «Diccionario de la lengua de Naša Niva».

La principal fuente de ingresos para el desarrollo del periódico siguen siendo las donaciones particulares. En este sentido, «Naša Niva» recuerda a los medios de comunicación existentes en muchos países desarrollados. «Naša Niva» es a la vez un símbolo cultural, una leyenda viva y un diario digital.

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